BRON-CHUS
Resuena en mi sombra un eco,
que con el tiempo se me ha hecho amigo,
son sibilante de ramas,
que en noches de otoño frío
gritan volver a un árbol perdido.
Y de mi sombra asido, el eco
se me ha hecho tan amigo,
que todas las noches aparece
para rememorar el gemido
que rinde mis cilios,
obstruyéndome el legítimo,
reflejo de un antaño olvidado,
y al despertar la mañana,
la luz sosiega la sombra,
permitiendo savia nueva,
recobrando la vida perdida,
solo dejando huella en la materia dolida
y en las ojeras que también se han hecho amigas,
Lola Lirola,
Toledo 30 noviembre de 2015
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