domingo, 19 de octubre de 2014

CISNE DE OTOÑO



A mi hija Carmen.


En un otoño gris,
aferrando tus comienzos
a un páramo desgastado,
creciendo entre la maleza,
la sombra quiso robar
el obsesivo deseo
de la luna llorosa.
Pero…un milagro de amor
restableció la vida,
el soplo preciso
borró las lágrimas,
dando hermosura
a la tierra baldía.
Tu existencia,
preñó esperanza a la oscuridad,
la luz de tu piel blanca
iluminó el páramo,
la mirada fuerte
de tus ojos negros,
confirmó el elegante destino,
la espesura de tu plumaje
suscribió los anhelos de volar,
la claridad de tu pensamiento,
no albergó la duda.
Y te miras en la lámina líquida,
donde las hondas interfieren
en tu imagen, y dudas.
No dudes, que la luna de plata,
cuidará tus alas
para cuando quieras volar,
purificará el aire
para que  roce lo justo
hacia la libertad,
abundará palabras
para que tengas donde elegir,
inundará de música tus oídos
para que conozcas el ritmo,
permitirá las lágrimas en tus ojos
para que aprendas a vivir.



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