viernes, 22 de agosto de 2014

DESPUÉS DE...

Taconea la cortina
recuerdos, ya olvidados,
al ritmo de un viejo rapsoda.
Titila ansiosa una luz
mortecina galopando
inmóvil sobre mi bulto,
mi mente grita frenética
aliándose a la noche,
y ambas terminan por secuestrar
mi reposo, sin remisión.
Adán, ya amado,
explora sueños rotos,
en un lienzo blanco.
Un desfile inevitable
hacia la terrible estancia gris,
y en el portal liberador,
unas alas perladas
me arrebatan con firmeza
del mascarón de proa,
donde el mar bravío
lleva años golpeando,
y me arrastran a tierra firme,
al paraje de la paz,
donde maduran las palabras
en árboles digitales,
donde la razón vive libre,
alejada de todo juicio,
donde el ojo observa
la engañosa realidad
transformándola en belleza.
Es la paz que se aloja en mi,
la plenitud de no sé qué
sentimiento invade mi ser,
y vuelvo, cierro los ojos,
otra vez he sido salvada.


                          

domingo, 10 de agosto de 2014

EL NIETO

Diminutas son tus huellas
y se suman a las nuestras.
Un aroma a vida nueva,
impregnado en tu piel,
hormiguea en el aire
y sintoniza nuestros sueños
con las ondas de tu amor.
Aupanos con tu inocencia
a ese mundo de ilusión
con colores saturados,
partituras inventadas,
juegos nuevos por jugar,
y nosotros soltaremos
las amarras que nos anclan,
olvidaremos los fracasos,
bailáremos a un ritmo
mágico, enredandonos
en tus redes, sin querer.

          
                   

martes, 5 de agosto de 2014

ARMA EQUIVOCADA


Respiraré si entre tu y yo
existen océanos infinitos,
si la atmósfera asfixiante,
que fomentas tu,
que alimento yo,
desaparece en los abismos.
Gozaré con la paz
de no sentirme amenazada.
Continuaré el camino,
paso a paso, sin el peso
que aprisiona mi existencia.
Juntos luchábamos
en la batalla perfecta
y tu elegiste el arma
equivocada.

                      

sábado, 2 de agosto de 2014

PARAÍSO DA VINCI

Retrato miope
en el espejo insolente,
piel con piel
escudriñando nuevas rutas
de un paisaje transitado.
Se clausuran los recuerdos,
se desechan los relojes,
se abandonan las batallas.
Arpegios misteriosos
espantan mitos del pretérito
postergado, todo pasa
en la siesta del estío.
El cuero usado recupera
la tersura descuidada,
ya no hay pulso acelerado,
ni miradas asesinas,
sólo el goce conocido.
Sobre el lienzo se dibujan
conexiones iridiscentes,
el compás, el choque rítmico,
el juego tántrico pausado,
tu me esperas en el camino,
me acompañas en mi abandono,
y las alas tocan cumbre.
Paraíso Da Vinci,
sólo nuestro, tuyo y mio.