miércoles, 29 de enero de 2014

VIEJA GUITARRA

Nadie cantaba
con ella, al amor.
En la sombra, desafinada,
olvidando su son…
Y en la noche de plata,
derribando el crespón lánguido,
quiso ser el trebejo loco
de un hombre de paso,
que susurre voces quedas,
que acaricie su tostada piel,
que apriete hilos aniquilados,
que lustre trastes olvidados,
que roce el cuerpo marchito,
que la estreche toda
bailando el tango vibrado,
tañendo escondrijos rasgados,
despertando jadeos arrinconados,
derrochando su savia,
sintiendo la vida,

sintiéndose amada.

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