miércoles, 13 de noviembre de 2013

UN ERROR

Al anuncio de tu llegada,
un cataclismo sacudió la breve historia de mi tierna adultez,
una corriente helada acarició mi esencia,
ensombreció mis sueños,
la obscuridad anidó en mi.
¡No lo deseo!¡No anhelo lo que crece en mi!
Quiero extirpar ese momento,
Retroceder al instante anterior,
¡Acabar con todo!
La perspectiva se tornó amenazadora…
Los días pasaron sin ninguna evolución en mi ánimo.
La resignación despojó de su lugar a la desesperación.
Pero, era irremediable…
El momento llegó, era el principio de un resultado anunciado.
El aroma a tierra mojada presagiaba una gran tormenta,
los rayos concentraron su furia en mi seno,
mis jóvenes carnes sufrían el azote del padecimiento.
Unas bailaban su danza rutinaria y automática.
Yo, solo tenía que colaborar,
la maquinaria estaba en marcha.
Tú eras la encargada de orquestarnos a todas.
Por la gélida estancia pasaron las parcas siete veces,
juguetearon estrangulando el cordón umbilical en tu frágil cuellecito,
tu piel cerúlea delataba algo fatal,
apresuradamente las danzarinas te apartaron de mi sin ninguna cortesía,
quedé tendida tiritando, como una piltrafa, abandonada…
De repente todo cambió,
los nubarrones dieron paso a la luz,
una bailarina traía un bulto en su regazo,
la sonrisa de su mirada confirmaba mi seguridad.
Estabas allí, vencedora, triunfante, luchadora, decidida,
inexorable, elegida, amada, creada.
¡Única!
Tu indeleble sonrisa enamoró mi alma,
tu plenilunada carita sedujo mi memoria,
dos luceros verdes clavaron su rumbo en los míos,
tu aroma personal invadió mi intuición,
por la obertura identifiqué en ti algo divino,
comprendí, que otro había sido el error…
En donde hubo dudas se injertaron certezas,
donde hubo lágrimas, sonrisas.
Una enseñanza más,
para la reválida de la vida


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