sábado, 26 de octubre de 2013

Él


Así tenía que ser.
Llegaste a mi.
Te escuché, me enamoré.
Imagino tus manos, tonificadas por el ejercicio,
acariciando mi cuerpo,
las mismas que extraen las notas
que me arrebatan en tu ensoñación,
esas que me acarician avivando recuerdos vislumbrados,
las agitas estimulando a los músicos
para que interpreten tu magia.
Tu mirada orgásmica que delata la genialidad de tu mente,
cautiva la ilusión de estar entre tus brazos,
de deshacerme contigo en mi imaginación.
Tu sonrisa cómplice junto con tus exclamaciones
provocan mi libídine
El sonido de tu música
lisonjea mis sentidos, incitándome a la pasión,
activa mi creatividad de una manera única, y especial.
convergemos en un lazo espiritual.

Llegamos juntos al arrobamiento.

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